Él estaba nervioso, ansioso, exaltado, estresado y muchos
otros sinónimos más.
Ella, al otro lado de la ciudad, al otro lado de la
pantalla, jamás había escuchado de él.
No sabía cómo comenzar, si un hola sería suficiente, o si
debía incluir algo más.
Su cerebro se hizo espuma, que poco a poco se deslizaba de
entre sus orejas.
Ella, inadvertida de aquello que era a causa de su existencia.
Él, al final ya solo se preguntaba. ¿Y si su corriente
teórica es diferente de la mía?
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