jueves, 7 de julio de 2016

Seres de otro mundo

Criaturas viles y retorcidas, corrompidas con promesas de seguridad y cegadas con falsas esperanzas de divinidad. Su piel traslúcida a causa de la palidez es testiga de las largas jornadas en las que moraron la oscuridad esperando emboscar a los incautos, fueran otros o ellos mismos. Sus corazones llenos de odio no conocen límites, ni dan tregua al mundo en búsqueda de su venganza, pues todos son culpables y nadie es responsable.


Aún es un misterio cómo lograron organizarse en sociedad, pues seres tan repulsivos, incluso para sí mismos, no conocen de la cooperación. Tal vez por sumisión y dominación, tal vez por pura coincidencia jerarquizadora, pero helos aquí para perdurar en su barbarie. Sus luchas incesantes contra las demás especies han devastado continentes enteros, pues celan el territorio, y lo quieren todo para ellos y para ninguno, prefiriendo ser los reyes de las cenizas antes de ser plebe en la utopía.


He de admitir que su proceso de diversificación es de lo más intrigante, aquellos más “pacíficos” se encuentran en el fondo, siendo la fuerza laboral que sostiene todo su intrincado sistema de devastación planetaria e incapaces de rebelarse, mientras que esos otros cuyo pecho es más helado que el resto, y siendo esta falta absoluta de empatía correlacional a la falta de masa encefálica impidiéndoles tener procesos cognitivos muy intrigados, con neuronas solo para respirar, comer, y despreciar, son aquellos encargados de ser los dirigentes de tan maquiavélica raza de seres aborrecibles. Es posible que dicha repartición de “roles” esté sostenida mediante el uso de la fuerza, ya que son aquellos dirigentes los más despiadados de entre este grupo y los que menos se detienen a medir el impacto de sus actos, permitiéndoles avanzar de manera escalonada sobre los cadáveres de sus congéneres y contrincantes hasta la cúspide, desde la cual los mares de sangre y los desiertos de destrucción son mejor apreciados en su extensión.

Sus orígenes siguen siendo todo un misterio, aún se desconoce si desde sus inicios han sido seres brutales y despiadados, o si hubo algún evento cataclísmico que los condujo a recorrer los caminos en los que solo se halla el horror y la desesperanza, pero algo queda claro al verlos actuar, y es que están muy bien adaptados para sus infames costumbres destructivas. Todos los intentos por educar esta raza y domesticar su violencia han sido frustrados por su insana naturaleza, la cual trasciende múltiples generaciones. Lo más gracioso de todo esto es su visión de sí mismos, se las apañan para distorsionar la realidad, creyéndose una fuerza benéfica del universo, incluso uno de los mejores resultados del proceso evolutivo de millones de años, e insisten en llamar humanidad a todas esas cualidades que los hacen ser los seres que son.

No hay comentarios: