Del otro lado de la cama
En una distancia a veces abismal
Se encuentra mi rostro una caricia
Un suave gesto que aparta la soledad
Y me devuelve de un respiro todo aquello ya olvidado
De ser esto una ilusión en el desierto
Como el brillo de tus ojos reflejando el firmamento
Estaría obligado por la razón a disipar tal espejismo
Te borraría con mil besos irreales esta misma noche
Mientras te sostengo en el más abstracto de los abrazos
Pero… Y si del otro lado
¿En vez de espejos, me topo con tu mirada?
Estaría absorto de confirmar tu humanidad
Un ser tan tierno, de carácter indomable
Cuya chispa es capaz de encender un corazón ya adormecido
Y no estaría el mérito de tu existencia en lo que causas
Ni en el fuego, ni en la ceniza, ni en los pensamientos
Al contrario, es el lente por el cual tu mirada juzga el
mundo
Que aún en tu forma más humana, sigues creyendo
Y por tu creencia, haces de la esperanza una realidad