No sé si fuese un error haberlo dicho
en el afán no vi el tropiezo que aguardaba
esperando nada más que regocijo
pero topando la amargura amalgamada.

Debí saber que el sentimiento era marchito
por excederme en tantas lunas abnegadas
el tiempo que era aliado, ahora es maldito
ya sólo queda el rehuir nuestras miradas.

No soy como ellos, y no tengo porqué intentar serlo. Somos diferentes, ellos engañados por sus mentiras; el amor, la verdad y la justicia. y yo con mis únicas verdades; el odio, el rencor y el egoísmo. No soy el malo, pero tampoco soy el bueno, soy el enojo que me impulsa, soy el impulso que no se controla, soy la llama que ilumina a la vez que consume. Soy un ser paralelo y muy bien adaptado, soy un depredador, aquel que come en vez de ser comido, el que sobrevive en vez de morir, y no escatimaré recursos para tener a mi presa entre mis garras. Pues eso soy, parte de la vida, una fuerza de la naturaleza, muy humana, y a la vez muy animal.